Enséñanos a orar

«Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor: enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos» (Lucas 11:1).

Qué es la espiritualidad

Hace unos días una persona me escribió que necesita centrarse más en la espiritualidad; y este es un buen deseo personal y una gran necesidad de cada creyente cristiano en estos tiempos secularizados. Sin embargo, a veces sucede que mucha gente no sabe a ciencia cierta en qué consiste ser espiritual. En este artículo compartiré con ustedes algunos aspectos interesantes acerca de la espiritualidad.

Significado secular de espiritualidad

En primer lugar, como adoradores de Dios deberíamos de encontrar una definición lo más exacta posible de lo que significa ser espiritual; lo que para algunas personas es difuso a la hora de emitir un concepto en un sentido interpretativo de la palabra espiritual como tal. Según el diccionario de la RAE, la palabra espiritual significa: «(1). Perteneciente o relativo al espíritu. (2). Dicho de una persona: Muy sensible y poco interesada en lo material» (RAE). Además, dicha institución establece un significado para espiritualidad: «(1). Naturaleza y condición de espiritual. (2). Cualidad de las cosas espiritualizadas o reducidas a la condición de eclesiásticas. (3). Obra o cosa espiritual. (4). Conjunto de ideas referentes a la vida espiritual» (RAE).

Noten, sin devaluar la respuesta erudita, que el significado emitido contiene dos veces la palabra cosa. Qué es una cosa, se le dice cosismo al hábito de abusar de dicha definición; porque, cada «cosa» tiene un nombre propio, por lo que una «cosa», es una «cosa», hasta que se le pone nombre. Para mí, el uso del vocablo «cosa» denota imprecisión acerca del concepto o significado de la palabra espiritualidad.

De hecho, cuando era un adolescente aprendí una adivinanza que con el correr del tiempo pocos han acertado; una pregunta sencilla la compone: «¿Cuál es la cosa maravillosa que sobre todas las cosas se posa?» Lo primero que dicen es: la mariposa; y ahí empieza el deambular interminable por cuanta palabra se les ocurre, hasta que se dan por vencidos. La respuesta es: «El nombre». Porque el nombre hace que los objetos dejen de ser cosas y les da una identidad exclusiva. Así que la espiritualidad es una cosa hasta que la identifiques de verdad.

Intentos humanos de ser espirituales

A lo largo de la historia ha habido muchos movimientos espirituales que hablan del intento humano de ser espiritual. Dichos movimientos establecieron estilos de vida que condujeron a reformas espirituales en la vida de personas individuales y de comunidades enteras. Menciono algunos de ellos.

El monasticismo

Surgió allá por el siglo III en Egipto. Según la enciclopedia cristiana Biblia todo, promueve «la abnegación, el ascetismo y la renuncia a las aspiraciones mundanas». Se cree que no es de origen cristiano, pero se convirtió en una práctica desde la antigüedad, aunque en el protestantismo no es común.

El pietismo

Surgió en Leipzig, Alemania, en la década de 1680. «El pietismo daba más importancia a la experiencia religiosa personal que a la rutina del culto y enfatizaba la lectura y el estudio de la Biblia» (Artículo de Wikipedia).

El puritanismo

Surgió durante el siglo XVI. Predicaba «La autoridad suprema de Dios sobre los asuntos humanos. El pecador debía reconocer su miseria humana y confiar en Jesús, y como agradecimiento llevar una vida de humildad y obediencia» (Artículo de Wikipedia).

Aclaración

Son solo menciones breves, ya los estudié en clase hace mucho tiempo, el propósito es solo mencionarlos como ejemplo de la lucha por la espiritualidad humana a lo largo de la historia. Porque en la base, estos y otros movimientos cristianos tuvieron como meta alcanzar la espiritualidad por encima de la tendencia humana a lo mundano y secularizado. Pero, cada cual, si le importa, estudie estos movimientos y verá que el interés por lo espiritual es tan antiguo como el mundo mismo.

Confusiones modernas sobre la espiritualidad

Un joven me dijo: «Pastor, la Biblia tiene una equivocación, dice que “Jesús fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Pero la verdad es que él no conoció la pornografía ni la marihuana, ni la cocaína y las drogas actuales, ni los pecados de internet, ni muchas otras cosas malas que nos acechan hoy».

Entonces crees que tu tentación es más fuerte que la que Jesús soportó cuando vino a salvarnos. Ese es otro engaño satánico para hacerte creer que Dios es injusto, porque pide lo que él mismo no es capaz de cumplir. Jesús fue tentado en todo literalmente. ¿Crees que en los días de Jesús la gente no se drogaba o no se prostituía? El hecho de que no hayan conocido la jeringuilla, los opioides, las metanfetaminas y otras drogas, no quiere decir que la gente no usaba alucinógenos. En cuanto a los pecados sexuales, Jesús dijo que regresaría a esta tierra a buscarnos cuando este mundo fuera como Sodoma y Gomorra, y todavía no ha venido. Tal vez le falta poco ahora para que alcance el climax d elos sodomitas o de los antidiluvianos.

Pero aún esta no es la respuesta a tu duda. El problema es que los cristianos modernos tienen problema con el crecimiento espiritual porque muy pocos conocen en qué consiste la tentación. A veces pregunto: ¿Cuántas tentaciones existen en el mundo actual? En tres o cuatro minutos unos dicen cientos, otros miles y una señora amargada por la traición de su esposo se paró y gritó: «millones pastor, millones, ya aquí no se puede ni vivir».

Sebes qué, solo existe una tentación, por eso Jesús fue tentado en todo y venció. La única tentación es a desobedecer. Satanás quiere que confundas sus trampas con la tentación. Es cierto que los engaños de hoy son más sofisticados que los de hace siglos, pero el objetivo de estos es el mismo de siempre: que desobedezcas a Dios y te apartes de él. Si pones tu vista en las trampas satánicas desobedecerás a Dios y te perderás.

Si tienes duda ve a los tres primeros capítulos de Génesis y estúdialos con calma. Si en el huerto de Edén no había pecado cómo Adán y Eva fueron tentados. Eso sucedió porque la tentación no consiste en acceder a las trampas diabólicas, sino en desobedecer a Dios. Todos somos tentados a desobedecer, y una vez que caemos los pecados del mundo se convierten en los placeres de quienes se alejan del Creador.

Si todavía tienes dudas, mira a José en la casa de Potifar. Si el hubiera pensado que la tentación era la mujer desnuda que tenía delante invitándolo a pecar, o la tragedia de agraviar al ingenuo marido de ella; habría exclamado, ¡Cómo haría yo este grande mal de convertir a Potifar en cornudo! Pero dijo: «¿Cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?» (Génesis 39:9). José venció porque miró arriba antes que al frente.

Tu relación no es con lo que tienes delante, sino con alguien que está arriba mirándote y amándote. Si miras horizontalmente, cuando nadie te observe, probablemente, fallarás; es por esto por lo que la espiritualidad, primero, tiene un sentido vertical y después se manifiesta horizontalmente.

Cómo ser espirituales ahora

Para mí, ser espirituales ahora tiene tantas dificultades como las tuvo en le pasado. Los pecados de hoy son los mismo de ayer. Lo que Satanás ha cambiado es la manera de presentarlos. Las trusas de hace 100 años probablemente servirían de traje de vestir a algunos cristianos actuales; pero la esencia es la misma, la inclinación a lo sensual.

La espiritualidad es más que un estilo de vida

La mejor definición de espiritualidad que he escuchado se la oí a un profesor en clase. Dijo: «El mejor concepto acerca de la espiritualidad está expresado en la cruz que Cristo cargó; porque la cruz está hecha con dos palos: uno largo, que apunta al cielo y otro corto que señala a ambos lados, al prójimo. Después explicó que la verdadera espiritualidad no se basa en la práctica de estilos de vida aislacionistas y en hacer cosas, ni en martirizar el cuerpo durmiendo en camas de palo o piedra repletas de clavos punzantes, ni en imponerse sufrimientos insoportables, ni en vivir en la soledad más absoluta, ni en el auto enclaustramiento personal; sino, en cultivar el amor a Dios y al prójimo tal como Jesús lo enseñó.

Y en efecto, Jesús mantuvo una relación estrecha con su Padre aún en los momentos más difíciles de su vida terrenal. Tres ejercicios espirituales, casi perdidos en este tiempo, hicieron la diferencia: oración a Dios, estudio de la Biblia y meditación en Dios y en su ministerio. Juan Bunyan dijo: «La oración hará a un hombre dejar el pecado, o el pecado hará a ese hombre dejar la oración». Es imposible ser espirituales mientras vivimos orando y pecando.

Mira a Jesús y gózate en los ejercicios espirituales que te acercan a Dios. Se ha dicho: La oración es la respiración del alma y el estudio de la Biblia la alimentación, pero la meditación en Dios es la digestión. Si no digieres lo que has comido, algunos lo llaman empacho. No vayas con un curandero, ve a Jesús el médico divino y te curará.

Aprende a orar, pero antes, relaciónate con Dios y conviértete en su amigo insepable. Entónces conversarás con él como si lo estuvieras viendo.

Ser espiritual es posible.

No desistas.

Que Dios te bendiga mucho

 

Pr. José M. Moral

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